lunes, 26 de julio de 2010

El club de los detectives incomprendidos :D

Si eres una persona aburrida de esas que piensan que leer libros de fantasía es una perdida de tiempo, entonces no leas este libro porque no va a gustarte nada en absoluto. Quien se adentre en este y acompañe a los protagonistas en las duras pruebas que habrán de afrontar encontrara intriga, aventuras, amigos que investigan misterios, monstruos y criaturas fabulosas. Todavía estas a tiempo de abandonar este libro en la estantería y buscar otro sobre personas a las que nunca les ocurre nada extraordinario o inesperado. Este libro sólo habla de tonterías como heroínas inteligentes con leales y valientes amigos, villanos malísimos, madrastras más malas todavía, alguna que otra princesa, arrojados caballeros, castillos, bosques tenebrosos, margaritas carnívoras… y puede que hasta salgan… magos. ¿Aún estás ahí, leyendo la contraportada de este libro? Bien, en ese caso, puedes darle la vuelta y comenzar a leerlo. Estamos seguros de que va a gustarte. Que lo disfrutes.
 
Aquí os dejo mi fragmente favorito del libro, ya he habla de Harry Potter.
“Ada recorrió con el dedo índice la cubierta de varios libros, observándolos con detenimiento. Se paró de repente, cogió uno y lo abrazó como si fuera un osito de peluche. Era el primero de una colección de seis libros que tenían las tapas muy gastadas de tanto uso, excepto el sexto, que aún estaba nuevecito. Se trataba de un libro muy importante para Ada. En una ocasión le había dicho a su madre que quería leer un libro de personas mayores. Y una mañana, cuando levantó la almohada para ver lo que el Ratón Pérez le había dejado a cambio de uno de sus dientes de leche, ¡allí estaba!: un libro con letra pequeña, sin dibujos, largo y con palabras difíciles. Era Harry Potter y la piedra filosofal.
Su madre se lo leía en voz alta por las noches. Cuando ella murió, iban por el sexto capítulo. Después, Ada tuvo que continuar sola.
Ada convirtió al trío protagonista en sus amigos invisibles. Ellos la salvaron en los momentos más oscuros de su vida. [...]
[...] Pero Ada se sentía muy sola, y únicamente algunos pasajes de ese libro conseguían arrancarle, ocasionalmente, una ligera sonrisa.
En la actualidad, uno de los temas de conversación favoritos de Ada, Íker y Julián era lo que ocurriría al final de la saga. A Ada le gustaba visitar páginas web de fans e intercambiar teorías en los foros. Esto hacía que Ada se sintiera muy adulta, ya que la mayoría de los usuarios de las páginas eran jóvenes universitarios.”

El Club de los Detectives Incomprendidos, Cap. 3 “La princesa blanquísima, la madrastra y el espejo”.

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